La libertad de uno termina cuando empieza la libertad del otro. Frase que lleva marcándome toda la vida y sigue haciéndolo. Pues bien, asumiendo que no somos libres procuremos serlo sin permitir que nadie coarte nuestra libertad. Sí, tal vez pueda parecer egoísta, pero esto ha llegado a un punto en el que quizás haya que levantarse del suelo y no permitir que los demás te pisen a su antojo. Toca aprender nuevas maneras para desenvolvernos en el mundo sin perder nuestra integridad como personas y sin permitir que se aprovechen de nuestra libertad. Me lo tomaré como Ley de vida 2011, no sé qué saldrá del experimento.
.Reina de Hielo.